martes, 3 de mayo de 2011


Miedos falsos arguyes en tu nombre
inventando defensas sin razón
yo que tanto he estudiado sobre el hombre
no he llegado a entender su corazón.

Cuando antaño mis brazos abrigaban

ese cuerpo perfecto y material,
mis ayeres contigo madrugaban
en el tálamo ardiente marital.

Yo te amé sin medidas ni exigencias,

eras todo para mi prontitud,
el "Tú y Yo" desprovisto de carencias.

¿A qué temes? dice mi juventud

si entre "gloria" y "Tú y Yo" no hay diferencias...
la franqueza no ha sido tu virtud.


1 agosto 2008

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