miércoles, 16 de marzo de 2011

Cuchufleta ramplona.


Las colectividades me abruman, se tornan intolerables a mi gusto. ¿La causa? Carecer de habilidad social. Un cualquiera me denominaría inadaptada, o en el mejor de los casos introvertida. Medianamente verdadero semejante juicio, empero es menester aumentar la graduación del lente para concluir el examen.

No soy simplemente una inadaptada introvertida, yo soy –dicho esto con petulancia vana e infantil- la inadaptada introvertida. Segregada social que acude a mil fuentes de consulta para no olvidar de una vez por todas la existencia de la civilización en toda la plenitud de sus descripciones históricas.

Muerta hace años ya por la naturaleza. Verbo intransitivo hoy transitivo en sintagma pasivo. ¿La causa? Antropomorficación, filosofía cientificista extendida a las masas, búsqueda inútil de causas y más causas, explicaciones domésticas y lúdicas, didácticas y engañosas. Muerta ya, he dicho. Muerta frente al planeta cuya vida originó que planeta se le denominara, cuya vida originó que se le denominara, cuya vida originó.

La cuna inconciente e inocente no supo cumplir con su deber de asesina. Más allá de todo eso alimentó el mal sin percatarse de “la consecuencia”. He aquí una de las pruebas más poderosas del craso error. “No más cuna” grita la nada inexistente. “No más civilización” leo en el libro salvador, “No más”.

Asqueada de mi propia existencia, vago por el mundo preguntando a la nada ¿Qué he hecho para merecer esto? ¿No debería yo estar muerta? ¿Quién o qué es la causa de mi infortunio? ¿Cuándo y cómo terminarán tantos suplicios?” La nada no me contesta, muda no es porque no es.

La pedagogía ignoró la historia universal. Esperanzada y necia –orgullo de pueriles hembras- confió en el conocimiento. Se invierte tanto en el traspaso masivo de conocimiento que es una broma el resultado: el conocimiento es un barco de papel que flota sobre la mar. Yo ya he superado tal noticia, porque es conocimiento.

Ahora me pregunto ¿Quién pagará mis cuentas al cerrarse la cuna? No obtengo respuesta, temo mucho ser yo la que no permita que la pregunta se haga en el momento preciso. Vislumbro la cantidad de necedades simplonas del psicólogo, del “orientador”. A esos malparidos imbéciles les agrada defender lo que no comprenden con axiomas baratos que nunca fundamentan.

 No hay fundamento para nada; si lo hay, de nada sirve.

Hasta aquí todo va bien. La realidad ha triunfado sobre la ilusión inocente.. Tonta ilusión. Si tan sólo pudiera recuperar la tranquilidad que la ilusión conlleva. Pero es únicamente una tortura, una tortura perfecta, así llamada por el egocentrismo, hilo conductor de este texto.

martes, 15 de marzo de 2011

Te dejo en libertad

Discúlpame mi amor por ser tran fría
soberbia, prepotente, tan extraña,
tímida, desconfiada y ermitaña,
iconoclasta y loca, tan impía.

Porque rechazo necia la alegría
y adoro la tristeza que me daña,
porque desde pequeña soy huraña
y hoy llego a demostrar misantropía.

Perdóname por no ser lo que quieres...
nunca encajo en ninguna sociedad
ni de niños, ni de hombres, ni mujeres.

Mereces del amor felicidad,
te propongo partir si lo prefieres...
aunque duela te doy tu libertad.